Teorias de Conspiraciones para Todo.

El pasado lunes asistí a la inauguración de una muestra fotográfica organizada por la Embajada de la Federación Rusa sobre Yuri Gagarin con motivo de la celebración de su 75 aniversario. La muestra se encuentra en el Planetario Municipal "Agrimensor Germán Barbato". A la inauguración asistieron las autoridades pertinentes, así como también un grupo importante de interesados, aficionados, "amigos" de Gagarin, y por cierto muchos rusos residentes en nuestro país. Entre ellos, mi amigo y vecino Dmitri Severov, quien reside en nuestro país desde 1991. Una vez más, como sucede en nuestras habituales tertulias, Rusia y su pasado coinciden en nuestras conversaciones, en este caso el tema naturalmente coincidía con los intereses que intento desarrollar en este blog. Dmitri es en cierta manera producto tradicional de la URSS: representante de uno de sus sectores sociales privilegiados y potenciados por el régimen de gobierno, cultivado en otras disciplinas que trascienden lo estrictamente profesional, gran jugador de ajedrez y ping pong, poseedor de un hígado privilegiado, es por cierto patriota en un sentido que sólo los rusos son capaces de expresar y sentir. Quiere a Rusia por encima de su historia política, o quizá para ser más precisos, la quiere mas allá de su régimen político. Naturalmente su residencia en nuestro país no es nada casual, yo lo denomino una suerte de "Krikaliev a la uruguaya". Por consecuencia de lo anterior, representa fielmente al sector científico-intelectual formado en la URSS, es decir es por sobre todas las cosas despolitizado, o quizá desidelogizado, aunque no prescindente de la política de su propio país. Dmitri añora la época dorada de los mejores años del modelo de socialismo ensayado en la URSS: se vivía mejor que lo que se vivió luego de la implosión del sistema, pero nunca fue comunista. Asimismo defiende con sana pasión la situación actual de Rusia y la era Putin. Extraña su estabilidad política, le tiene cariño a algunos de sus dirigentes y odio a otros, pero por sobre todas las cosas admira a sus héroes genuinos, a los que salvaron a su Patria de la barbarie nazi y a los que representaron lo mejor que su pueblo le dio a la historia mundial. Yuri Gagarin es uno de ellos naturalmente. Sin embargo, me hizo pensar mucho el hecho de que Dmitri sostuviera la teoría del asesinato de Gagarin a manos de los dirigentes políticos de la época. Anteriormente me referí acerca de este tema en Zemiorka. En este caso, el tema me hizo pensar en forma un poco más amplia. Los argumentos utilizados en este caso coinciden plenamente con la general de la ley: tienen una cierta plausibilidad tanto técnica como política; era fácil hacer que el MIG 15 que pilotaban Gagarin y Vladímir Serioguin se estrellara, y por cierto los celosos dirigentes soviéticos odiaban cordialmente la enorme y creciente popularidad adquirida por Gagarin. Pues bien, ¿ qué mejor entonces sino que deshacerse prolijamente del asunto ?. Sobre el tema de las conspiraciones espaciales en Internet sobreabunda material, como es de esperar, y no quiero detenerme en propiciar su consumo. En todo caso esta no es la única conspiración (teórica) sobre la que aparecen comentarios, Javier Casado en su blog expone una interesante colección de las mismas, entre las que además hay más conspiraciones a la soviética. En cierta manera el tema admite cierta simetría ideológica: los norteamericanos tienen su propia teoría de la conspiración: "ellos nunca pusieron un hombre en la Luna". Hay aspectos políticos-ideológicos asociados a esta convergencia de conspiraciones, que en cierta medida son obvios: en el caso norteamericano un pretendido y ridículo antiimperialismo, en el caso soviético una demostración más de lo criminal de su régimen. Javier Casado se pregunta el porqué de estas supuestas teorías, y del inusitado interés que despiertan. Comparto lo pertinente de su pregunta y esencialmente sus apreciaciones, pero les agregaría los mencionados más arriba: estas elucubraciones basan su éxito en una toma de partido por ideologías y sistemas políticos. Por otro lado, en estas épocas de escaso rigor intelectual, el clima post moderno que imperó creó el clima ideal para el cultivo de estas poco inteligentes teorías. Recomiendo leer, y releer Imposturas Intelectuales. De todas maneras es evidente que existen otros aspectos que conforman una explicación bastante satisfactoria del porqué de estas teorías, creo que tienen que ver con componentes sicológicos basados en aspectos narcisistas o similares: es seductor deshacer con argumentos pseudoplausibles aspectos históricos aceptados socialmente. Volviendo a la política, es muy fácil hacer leña del árbol caído: achacarle a la dirigencia soviética tal supuesto crimen es casi un lugar común desde cierta perspectiva ideológica. No se necesita ser simpatizante actual o pasado de la URSS para entender que el año de la muerte de Gagarin dista mucho de la época de Stalin, y que en esos momentos, aunque no había terminado el control y represión sobre opositores en la URSS, existían mecanismos legales que estaban intentando normalizarse. Por cierto es difícil explicar porqué supuestamente Gagarin era más útil muerto que vivo, en definitiva el culto religioso a los muertos había sido resuelto desde hace mucho tiempo antes en la URRS. Sugiero enfáticamente leer "El Siglo Soviético" de Moshé Lewin, hay un interesante análisis sobre como luego de la muerte de Stalin hubo intentos genuinos por establecer parámetros legales a nivel del estado, en especial de implementar un poder judicial autónomo. Nada empañará el heroísmo de Yuri Gagarin, y reconozco que esta si es una toma de partido. De todas maneras no he podido explicarme el porqué mi amigo ruso le da credibilidad a esta teoría. La sostiene sin fanatismo, casi con un dejo de estupor. Intentaré aclarar estas ideas, con un líquido aclarador muy utilizado en su país de origen, y por cierto efectivo para estas situaciones, nazadarovia!.

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